La influencia de La Antigua
Durante las Fiestas Agostinas nos dimos la tarea de explorar La Antigua Guatemala, una ciudad centroamericana que muestra al mundo su propia expresión de urbe renacentista [Juárez, J. M. M. (2011). La Arquitectura Monumental de La Antigua Guatemala.]. Como dice Juárez, La Antigua, cuyo nombre original era Santiago de Guatemala, fue la tercera sede de la capital del Reino de Guatemala [1], se construyó a partir de 1543 en el valle de Panchoy, entre los volcanes: De Agua, De Fuego, Acatenango y el cerro de Mirindía. Esta época, a nivel mundial, corresponde a la fase final del renacimiento y por lo tanto los edificios más emblemáticos de esta ciudad -las iglesias y los conventos- mantienen la esencia renacentista mezclada con el lenguaje del barroco, que en España surge a partir de la segunda mitad del siglo XVI.
El renacimiento como punto de partida
La trama urbana de La Antigua respondió a los ideales renacentistas, lo que significó retomar la concepción humanista del hombre como medida de todas las cosas, expresión presente en elementos como las columnas del Palacio Municipal y el Palacio de Los Capitanes Generales que son ejemplos de armonía, donde pese a que se trataba de lugares donde residía el gobierno del Reino de Guatemala, sus proporciones se mantienen cercanas a las de la escala humana, sin perder la monumentalidad propia de sus gobiernos. España, por primera vez en la historia, tuvo la oportunidad de planificar y edificar, de acuerdo con planteamientos teóricos, sobre un territorio inmenso, sin obstáculos, más allá de su propia topografía.
Arquitectura contra los terremotos
Dada la localización en la que se encuentra La Antigua, esta, como en varias ciudades centroamericanas, ha sido azotada por varios terremotos, según se puede leer en el recorrido por las instalaciones del convento de La Merced, los más memorables son de los años: 1565, 1577, 1586, 1607, 1651, 1663, 1689, 1717, 1751 y 1773, este último el más importante, en pleno florecimiento del barroco en España, ya que interrumpió la evolución de La Antigua para trasladarla a la actual Ciudad de Guatemala. Antes de este momento, la orden mercedaria decidió establecer su monasterio en este lugar, el arquitecto Juan de Dios Estada fue comisionado para construir un templo y un convento que, basados en la experiencia local, soportaran la fuerza de los terremotos; es así como se erigieron la iglesia y el convento de La Merced, en donde las columnas y los arcos tienen una proporción mayor a lo ancho. Así fue como estos sitios abrieron sus puertas en 1767, tan solo seis años antes de que se decidiera el traslado.
Las características arquitectónicas y urbanísticas de La Antigua surgen en el contexto de transculturación de América (finales del siglo XV y principios del XVI) así como en el fin del renacimiento y florecimiento del barroco, circunstancias que desembocaron en una arquitectura muy propia que influyó en gran medida en la estética aledaña y de países como Honduras, El Salvador, Nicaragua y el sur de México (Chiapas) donde se puede apreciar expresiones similares a las encontradas en este conjunto histórico.
[1] La primera sede se ubica en la ciudad que hoy se conoce como Quetzaltenango y la segunda en la actual Ciudad Vieja.
— Posted on agosto 7, 2014 at 5:39 pm by Rafael Tobar
— antigua, arquitectura, barroco, historia, renacimiento